viernes, 18 de febrero de 2011

Como realizar un discurso eficaz con la receta de Churchill.

Nadie puede negar que Winston Churchill, primer ministro ingles en la década del 40, fuera un gran orador. Es ejemplo de innumerables conferencias, clases y citas bibliograficas acerca de oratoria y retórica. Es por esto que decidí abrir esta categoría de mi blog que llamare grandes comunicadores, y en la cual mencionaré a distintos lideres de la historia que desarrollaron una habilidad especial que los hizo diferentes en la historia de la comunicación política.



Sir Churchill, en su obra “The Scaffolding of Rhetoric”, percibió la relación entre lenguaje y liderazgo. Es por ello que menciona a cinco elementos que son imprescindibles en un discurso eficaz.
Estilo: Churchill, decía “no hay elementos mas importantes en la técnica de la retórica que el uso permanente de la mejor palabra posible”.
Ritmo: En su opinión, el ritmo se basa en el “equilibrio particular” entre las frases, el cual da como resultado algo parecido o mas cercano al verso blanco que a la prosa. Tal es así que en sus primeras etapas, Churchill dictaba gran parte de su obra a fin de asegurarse de que tuviera ritmo. El Ingles llevaba las ideas a la retórica como los compositores traducen lo suyo a la música.
Argumento: Se inclino por la acumulación de argumentos a través de hechos que respaldan una conclusión lógica. El opinaba que escribir es comparable a construir un edificio: “Hay que sentar las bases y juntar datos; las premisas deben soportar el peso de las conclusiones”.
Analogías:”Las analogías son una de las armas mas formidables de un retórico”, explica Churchill en su obra “The Scaffolding of Rhetoric”.
La analogía cabe mencionar es la semejanza entre cosas distintas. Es el razonamiento basado en la existencia de atributos semejantes en seres o cosas diferentes.
Es un gran ejemplo de la utilización de estas por parte de sir Winston, cuando las utilizo para incitar a los ciudadanos londinenses a resistir al ataque aéreo alemán: “La muerte, será nuestra compañera de viajes; las penurias nuestras vestimentas; las perseverancias y el valor, nuestro único escudo… Nuestras cualidades y nuestros actos deben arder y brillar en la penumbra de Europa hasta que se convierta en la verdadera luz de la salvación”.
Y este decía: y para finalizar hay que ponerle un toque de extravagancia, el líder y su pueblo, el actor y su público deben involucrarse emocionalmente. Para que los oyentes lloren es necesario que el orador sienta el dolor, para despertar la indignación, hay que transmitir la ira.
Para finalizar hay que mencionar que Churchill, ponía el foco en un solo tema por discurso, el cual le llevaba entre seis y ocho horas preparar uno de cuarenta minutos, el cual siempre terminaba con un llamado a la acción. Sus discursos además tenían, con frecuencias, anotaciones, al margen con indicaciones escénicas como pausa. Y a esto obligadamente se le debe reconocer  de que tenia muy en claro lo del refuerzo visual: la imagen de un cigarro esta tan asociada con el, como el gesto “V”, que significa victoria, realizado con la mano.

Debo mencionar que el desarrollo de este post de Winston Churchill, el cual quería presentar como apertura de esta categoría en mi blog, parte del contenido fue extraído del taller que realice en retórica y oratoria a través de la Conrad Adenauer a cargo del Prof. Monasterio.

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